sábado, 15 de febrero de 2014

Una noche en el infierno Parte 02 - Rodolfo Medrano García

Parte II: La Prostituta
Adriana y Paula se conocieron ase cinco años, compartían la misma acera de un parque cerca del centro de la ciudad y a pesar de que es un lugar muy concurrido, hoy no había mucha gente y malhumoradas por la falta de clientes se marcharon a su cuarto en lo alto de una azotea de un viejo edificio, en el que vivian personas de dudosa calidad moral pero no les importaba por que no las molestaban y además el alquiler era barato.
Raúl tenia un año de conocer a Paula y a pesar de su trabajo la amaba con todo su corazón, la llenaba de atenciones que ella le correspondía con la misma pasión, soñaban con ahorrar un poco de dinero para poder comprar una casita en algún pequeño pueblo donde poder establecerse, donde nadie los conociera y poder formar una familia.
Adriana los miraba con envidia, sentía una gran frustración por que su mala suerte la había llevado en el fracaso de varias relaciones, la angustia de verse sola la aterraba, cada ves que miraba a su amiga con su novio los celos atravesaba su corazón como la fría hoja de una navaja, poco a poco en el fondo de su corazón nacía una pasión enfermiza por Raúl, se veía así misma en el lugar de su amiga, sueños eróticos la embargaban cada noche, en su mente afiebrada por ese amor maldito ya no se reconocía, con ojos de odio veía a su amiga como un bicho molesto.
Una semana después Paula veía a Adriana con cierta inquietud, su actitud había cambiado mucho, se mostraba reservada y huraña, sentía que algo no estaba bien, en varias ocasiones intento preguntarle lo que le ocurría y la única respuesta que recibía era una mirada fría y un “no me pasa nada, déjame en paz”, sin saber que hacer le pareció mejor dejarla sola por que en el trabajo parecía distanciarse también, se veía distraída y triste al grado que perdía a sus clientes, inclusive a los habituales.
Así pasaba el tiempo y su preocupación por Adriana aumentaba, Raúl solo la escuchaba pero no se atrevía a darle una opinión pero lo cierto es que también en el había algo extraño, el corazón de Paula se encogía de angustia cuando veía a Raúl un poco distraído, en una ocasión llego a faltar a una de sus citas, esa noche se preparo para ir a trabajar como de costumbre, tratando de tranquilizarse se fue a su lugar, el tiempo pasaba lento, una lluvia fría comenzó a caer, acurrucada en el portal de una casa noto la ausencia de Adriana, un terrible presentimiento comenzó a desgarrar su alma y temblando de miedo corrió a su cuarto.
De un golpe abrió la puerta y estupefacta vio a Adriana lavándose su vagina y a Raúl tendido en su cama, todo su amor y su amistad hacia esas personas quedo fulminado por un poderoso rayo de dolor y odio, en un súbito arrebato de cólera tomo un cuchillo de la cocina y sin piedad de un solo tajo degolló a Adriana, en Raúl descargo toda su furia apuñalando en repetidas ocasiones, finalmente, con una mira fría y un cuerpo sin alma, cansada se sentó a contemplar los cadáveres, se dice que el amor es el sentimiento mas poderoso del mundo e inclusive puede sobrevivir al tiempo, los poetas han derramado ríos de tinta exaltando amores grandiosos y tragedia en nombre del amor, pero el odio también a dejado una huella que el tiempo jamás podrá borrar, tal es su poder que puede llevar una persona de un amor sublime a la demencia de un odio irracional en una solo noche en el infierno.


miércoles, 12 de febrero de 2014

Una noche en el infierno Parte 01 - Rodolfo Medrano García

Parte I: El Recluso
José estaba aterrado, sintiéndose solo y abandonado, se acurruco en un rincón de su celda donde lo metieron para castigarlo, un murmullo se escuchaba al otro lado, conforme pasaba el tiempo fue creciendo de intensidad.
Era la hora de dormir y traían a todos los reclusos a su celda, José no se atrevía abrir los ojos, quería desaparecer pero los otros internos empezaban a llenar la pequeña celda, quince personas se hacinaban ahí y con indiferencia pasaban sobre José apurados por encontrar un pequeño espacio donde poder recostarse.
Uno de ellos al verlo lo reconoció y se le acerco con una sonrisa burlona, le dijo: ¡Deja de llorar maricon! ¿Sabes por que estas aquí?, perplejo, José se reclino para verlo mejor pero no lo reconoció, ¿Qué quiere? Le respondió, ¿Contigo? ¡Nada gusano! seguro extrañas a tu linda familia o ¿No?
Aun aturdido por la pregunta, José lo espeto: ¡Tu que sabes de mi familia!, el recluso con una sonrisa diabólica le contesta: ¡Hacia mucho tiempo que no había disfrutado tanto cuando viole a tu mujer! Y ¡ha! Tus hijos lloraban tanto que tarde mucho en asfixiarlos, hasta que dejaron de llorar y con una carcajada celebro su macabro recuerdo y el sufrimiento que causo al asesinarlos.
Sin dar crédito a la confesión que ese hombre le estaba haciendo cuando un súbito odio comenzó a crecer en su interior, como un voraz incendio que amenaza con consumirlo todo, exploto en un grito de furia y dolor, tan desgarrador y violento que todos en la celda enmudecieron.
Esos seres envilecidos por el crimen, curtidos en la maldad, almas sin compasión, se estremecieron bajo ese grito de agonía pura que encapsulaba una ira desenfrenada, doblegados por el sonido de esa trompeta que porta el Ángel vengador para anunciar el castigo para aquellos que se han apartado de Dios.
¿Por qué? Gritaba José, el recluso solo atino a responder: No fue nada personal, solo fue por negocios, alguien le estorbabas y pago para quitarte de su camino e inculparte por eso estas aquí.
Loco de ira y dolor, no dejaba de gritar y maldecir tanto que atrajo la atención de los guardias que tuvieron que entrar para hacerlo callar pero en un instante y sin saber como, José derribo a los dos guardias y empuñando sus armas, abrió fuego en contra de todos los reclusos, uno a uno fueron masacrados, el horror y la incredulidad que reflejaban en su rostro da cuenta de aquellos que unos momentos antes eran los cazadores y ahora son las presas, ¿acaso no todos somos victimas?, así la justicia rindió cuentas en manos de un hombre común y corriente, en una noche en el infierno.


jueves, 6 de febrero de 2014

Un recuerdo para Karina
Por: Rodolfo Medrano García

Recuerdo cada momento que pase contigo
nada me preparo para el momento del cambio
una pequeña luz en mi corazón, nació.
siempre te acompañe, nada de ti me aparto
y ahora que todo termino.


Entiendo que mi amor jamás morirá,
y te preguntaras como posible, será
es por que tu mano no soltare mas,
en tu camino soy un compañero y estará
a tu lado todos los días, hasta la eternidad


Se que mi tiempo, del final se acerca ya
y aunque Dios no quiso que tu amor me iluminara,
no olvides, amor mío, que mi mano te sostendrá
aunque piense que no me necesites, mi amor ahí estará.




Este es un saludo de bienvenida para todos uds.

Bienvenidos a Narnia

Hoy es un día especial para mi por que esta es la primera ves que escribo en un blog y como siempre cuando se escribe por primera ves ¡¡¡¡¡ No se que mas decir!!!! pero dejen que me aclimatarme y pronto estaremos compartiendo noticias y temas de intéres para todos, gracias por su comprensión.